Hasta el momento no había sentido nada así en su vida. Una atracción loca y descontrolada. Había tenido ya un par de novios, y relaciones muy satisfactorias, pero con 18 años, veía que había algo que desconocía y le atraía con una potencia desmedida. Un hombre maduro de su vecindario, un hombre que rondaba los 40, fuerte, elegante, simpático, amable. Casado, y demasiado guapo como para ser alcanzable.
¿Lo peor?
La ignoraba, la trataba como a una niña y miraba a mujeres maduras con cuerpos mas esbeltos. Eso a ella le indignaba muchísimo, le cabreaba y al mismo hacia que su deseo fuera aun más fuerte.
El problema, es que era de constitución muy menuda, y sabia que aquel hombre podía pensar que era mucho menor. Aquel verano, estaba a punto de cumplir los 19, estaba ya en la universidad y aun le preguntaban si había terminado la ESO. Tenia muy poco pecho, cintura muy estrecha, caderas anchas, aunque tenia un culo que consideraba todo el mundo perfecto, con una forma de corazón invertido, terso y definido, y que cuando llevaba mallas ajustadas, quedaba separado y se le notaba el sexo desde detrás. Era una maldición pues algunos viejos verdes, y muchos críos, siempre le decían guarradas, sobre su culo. Todo esto era completado con una cara graciosa, mas que guapa, pero con ojos azules llamativos.
Sabía que tenia éxito... para una tipología de hombres muy concreta, con muchos chicos de su edad y sobre todo, más jóvenes que pensaban que era alcanzable. Pero aquel hombre maduro, no la miraba. Y eso, en el verano que ya había consolidado su madurez, y que ya tenia libertad plena, le volvía loca.
Ese verano estaba decidida a tirárselo, no podía ser tan dificil. Tenia que tomar las riendas y lanzarse ella. Y más desde que lo había visto sin camiseta. Ese día, la sangre hirvió y sintió que le ardía la entrepierna, un escalofrió le recorrió todo el cuerpo. Empezó a masturbarse pensando en el cuerpo de aquel hombre. Se masturbaba cada día, incluso dos y tres veces. El cuerpo estaba al limite de capacidad hormonal.... Estaba completamente obsesionada.
Cada vez iba más a saco. Buscaba maneras de encontrárselo, de hablar con él, de provocarlo, de rozarlo, de que le mirara el trasero.
Pero no hubo ningún tipo de resultado, aunque, una pequeña esperanza se abrió. Ahora le sonreía, le hablaba, e incluso lo había pillado mirándole el culo. Lo tenía, pensaba que lo tenía, ya solo quedaba el ultimo, paso. Encontrárselo en un sitio donde pudiera atacar y el no pudiera escaparse.
Pero se acercaban navidades y aún no lo había conseguido. Estaba apunto de perder la paciencia.
No sabía que hizo, pero hubo un momento que todo se torció. Llegaba a casa y se lo encontró en la puerta, cuando estaba apunto de entrar a la portería. Ella siguió su juego, le sonrió e incluso le guiño un ojo, todo lo sensual que pudo. Él se giró mirándola directamente, y fue hacia ella, su cara daba miedo, pánico. Se asustó.
-Tu que?- Le espetó en la cara, muy cerca... lia muy bien.- Que coño quieres?
- Que, que... quieroooo.... - Balbuceo intimidada. No se esperaba aquella reacción violenta.
- Sí, que es lo que buscas, eh!! explicámelo!!!
No era capaz de lidiar con aquello, salio corriendo, se metió en el ascensor con el corazón a mil, con unas lagrimas en los ojos, y al mismo tiempo con una excitación frustrada. Que había pasado? se iba a volver loca. No, no podía cagarla de aquella manera, no podía perder todas las oportunidades.
Más tranquila, empezó a abrir la puerta de su casa, pero de golpe sintió que la cogían por detrás, la empujaban contra la puerta y le sujetaban la mano.
- Te parece bonito lo que has estado haciendo? A que juegas?
La mano del hombre se deslizó entre los cachetes de su trasero, hasta que llegaron a su sexo, luego volvieron a subir para recorrer toda su cintura, hasta llegar a sus pequeños pechos.
- No tienes ni idea de lo cachondo que has llegado a ponerme, tanto que no he aguantado más. Soy un hombre casado, feliz.... y tenias que venir tu a provocarme con tu sensualidad.
Pensaba que se iba a desmayar. Sus piernas te temblaban, del miedo, de la emoción, y de la excitación de sentirle decir aquellas cosas al oído. Su tono de voz había cambiado, y ahora era aun mas sensual que de costumbre. Hizo que se girara para poder mirarla a la cara. Mantuvo sus ojos, penetrantes, sostenidos en los suyos, y su mano jugaba con su cuerpo.
- Dime, que es lo que buscas?- su mano bajo y se deslizo sobre su sexo, por encima de la ropa. - Esto?
Ella no era capaz de reaccionar. La había pillado muy de sorpresa. Pero lo tenia donde quería. Le dio un beso en la boca y el respondió.
-Dios, que bien besa- Pensó
Estaba que se iba a desmayar, no había sentido nunca nada tan exagerado. La excitación era como una bomba a punto de explotar. Sus sentimientos eran confusos, extraños. Las hormonas del miedo, el placer y la felicidad andaban todas alteradas....
El metió la mano entre sus pantalones. No era nada brusco, era muy suave y delicado, aunque a la par, sentía que no había forma de resistirse. Era pura decisión. Se tenia que dejar llevar, aunque por otra parte, el camino por donde la llevaba, le gustaba muchísimo. Sintió sus dedos gruesos introducirse poco a poco en su interior. Separó sus piernas, para dejarle acceso a su interior.
- Ostras, si que estas mojada... esperaba encontrarme un poco de resistencia.
- Resistencia? estoy super cachonda.
- Entonces porque no me dejas pasar y le pongo remedio?
Lo miró, tenia que decidir si cumplir su fantasía, o cortar ahí ahora que se daba cuenta que aquel hombre era demasiado para ella.
- Entremos, mis padres no están. - Dijo abriendo la puerta.
- Lo sé, te han dejado sola hoy, porque crees que he venido?.- Le dijo sonriendo.
Aquello no era casualidad, ella lo había seducido, pero el paso lo había dado él.
Ella lo guió hasta el comedor, y dejó las cosas encima de la mesa, y se quitó la chaqueta. Esperó que el se acercara. La cogió por la cintura, casi rodeándola completamente con sus enormes y musculosas manos. Se quedo a pocos centímetros de su cara.
- No se que buscas, pero yo vengo a darte con todo. No estoy para perder el tiempo. Estoy, muy excitado. Y tu también.
- Yo me dejo hacer, estoy que no aguanto.- Le dijo casi suplicándole que la besara de nuevo, suspirando de deseo. - Pero no tengo condones.
- Pues si no tienes condones, te va a doler mucho la boca y el culo.- Dijo justo antes de besarla.
- Mañana dormiré más. Nada que no se solucione con un sueño.- Lo tenia donde quería y si eso suponía follar solo por el culo, lo haría.
Se tiraron sobre el sofá y el la cubrió de besos. El éxtasis era tan grande que perdió la noción del tiempo, o de lo que hacia. Respiraba con dificultad, y notaba que su coño palpitaba. Le iba a costar mucho controlarse y evitar no gritarle que le penetrara. Tan grande era aquella situación de descontrol, que no fue consciente de lo que había hecho hasta que llego a un orgasmo enorme y volvió ligeramente en sí.
Se encontraba sentada en el sofá, completamente desnuda, con las piernas separadas y su sexo abierto delante de la cara de él, que estaba arrodillado en el suelo terminando un excelente trabajo oral. Nunca antes se lo habían comido de aquella manera, ni había tenido un orgasmo. El hombre había jugado como había querido con sus dedos dentro y su lengua había recorrido todos los rincones de su coño y su clítoris. Él se apartó para mirar la cara encendida de ella.
- No necesitas decirme que te ha gustado. - Le dijo con la cara brillante de los fluidos. - Hacia tiempo que no veia a una chica correrse de esta manera.
- Es, es la primera vez que me pasa algo así.... ufff, increíble. - Le costaba recuperar el habla, y todo su cuerpo vibraba...
El orgasmo había sido increíble, pero ni de lejos había tenido suficiente, al contrario, ahora necesitaba más que antes metersela.Pero tenia que controlarse, no era le momento. Tenia que fastidiarse y no follar con él. Pero quería demostrar que ella también era buena.
- Déjame que te la coma ahora, quiero que también lo disfrutes.
El se dejó, facilitando que ella le quitara los pantalones, sonriendo como si supiera que se iba a llevar una enorme sorpresa.
- Ostras!!!
Fue lo único que dijo. No quería que se le notara la inexperiencia. Nunca había tenido una polla entre manos como aquella. No sabía si es que realmente era enorme, no lo creía, era la forma, la piel, la suavidad. Le apetecía realmente comerla, o mejor, notar toda aquella rugosidad y forma dentro de ella. Empezó a chupar como sabía, sin sentir que él estuviera muy impresionado. Eso le fastidiaba, solo notaba que él sonreía, le acariciaba la cabeza con aquellas manos tan enormes, la miraba a los ojos y se relajaba.
- Quiero que te corras, quiere verte correrte.
- Lo veo dificil.- Le dijo mientras le acompañaba a que volviera a metersela en la boca.
Ella se volvió a apartar después de chuparsela dos veces.
- Necesito que te corras, quiero ver que lo disfrutas. Por favor.... lo necesito.
Le suplicaba que se corriera, porque si no se corría, no iba a poder con tanta excitación y acabaría con la polla en las entrañas, partiendola en dos y ella gritando como nunca.... la imagen se le formó en la mente y para calmarla volvió a meterse la polla en la boca y comenzó a masturbarse a ella misma para calmar sus ansias.
- Sabes? es que hay algo perverso pensar en correrse en una cara tan bonita.
- Eso se soluciona de dos formas, no mires, y correte dentro de mi boca. Piensa que estas follando.
El se dejó comer, mientras poco a poco se tumbaba en el sofá.
- Si quieres que parezca que un polvo... dejame hacer.
La levanto en vilo, la puso en cima suyo y le dio la vuelta. Quería un 69. Ella no sabia si su coño iba a poder soportar otra vez aquella lengua dentro de su coño y no follar. No era algo soportable.
- Joder, nooo!!! como comes.
No pudo continuar chupando, se incorporó hundiendo su coño y su trasero en la cara del hombre. No podía, aquellos orgasmos eran demasiado. Cuando el orgasmo bajó volvió a tumbarse para poder continuar chupando. Ahora si, ahora aquello podía disfrutarlo sin ese orgasmo salvaje que le producía el hombre.
El siguiente gran orgasmo, no supo si fue gracias a la lengua, o al sentir el semen en su boca. En todo caso fue perfecto. Los dos orgasmos se complementaban uno con el otro, como si estuvieran follando y el la llenara por dentro. No había probado aquello antes.
- Joder, que bueno.- Dijo ella mirándose las manos y la polla de él.
El sexo era así. Animal, húmedo, marrano. Sus cuerpos estaban pringosos. Ella tenia semen por todas partes. El tenia la cara húmeda del orgasmo orgasmo femenino. Realmente le parecía excitante toda aquella humedad, nunca lo había vivido de aquella manera ni se había dejado llevar tanto. Se tumbo a su lado, reposando su cara húmeda de semen contra su pecho. Lo rodeo con las piernas, como una culebra, frotando ligeramente su sexo contra su cuerpo.
El se separó y se levanto.
- No iras a irte ahora, verdad?
- Piensas que con esto así me voy a ir?
Su polla aun estaba muy dura, y brillaba por el sexo oral que habían tenido.
- Te dije que si no follábamos te iba a doler mucho la boca y el culo. - Le acerco la polla a la cara.
- Lo dices en serio?
- Claro. No puedes jugar con fuego sin quemarte. Tengo que metertela, por el culo o por el coño. Elije.
Realmente le apetencia probar el culo. No sabia porque.
- Quiero probarlo por el culo.
- Vale, pero termina lo que has empezado, aun hay semen por recoger en la punta.
Le excito un montón que pasara de la absoluta indiferenciada por su comida a que le pidiera ahora que le eliminara los restos de semen.
- Venga date la vuelta.
La puso a 4 patas con el culo elevado, y comenzó a penetrarla por el culo. Lo que sentía era una enorme presión, no exactamente dolor. Era muy único, excitante.... Era toda una provocación.
- Dios, la quiero en el coño, no me aguanto.
- Tu lo has pedido.
La sacó y la metió poco a poco, pero se deslizo, resbalando hasta el fondo. Ella se corrió al instante del puro morbo de sentirla. Le dio la vuelta y se puso encima, abriéndole los muslos con aquellas manos que eran mas grandes que sus piernas.Perdió la cuenta de los micro orgasmos que tubo. Hasta que llegó a uno que realmente le asustó. Se había dejado llevar demasiado, pero ahora con el final del orgasmo notaba algo caliente, y húmedo en el interior. Algo que le resbalaba por las piernas cada vez que el la sacaba.
- Te has corrido? dime que no te has corrido.
Recuperó la compostura solo del puro pánico que sentía. El se incorporo sacando la polla poco a poco. Más fluido salió de su interior.
- Que pasa? nunca te has corrido?
Se puso encima de ella, poniéndole la polla cerca de la cara. Con un dedo señalo el cerco que formaba una masa blanca y viscosa al final de la polla, pegado a su cuerpo.
- Esto de aquí es tu orgasmo.
Empezó a jugar con su polla, como si se masturbara. Jugando con los fluidos de su coño. Ella miraba absorta, completamente satisfecha.
- Eso era tu orgasmo, y este el mioooooo
Se corrió sobre su cara, por sorpresa, llenándola entera. Ella se incorporó y chupó la punta mientras aun eyaculaba.
Ahora si que estaba completamente satisfecha. Esa ultima corrida, mostraba la debilidad que buscaba, había conseguido que se corriera dos veces con ella. Con ella!!!
- Como sienta ser la culpable de una separación?
- Separación? pues muy bien la verdad.- Dijo riendo a carcajadas. - Pero eso es cosa vuestra. no se lo cuentes.
- No se lo contaré, pero al final me pillará... porque que tengas claro que quiero repetir.
- Por mi vale.- dijo riendo otra vez.
- Lo que no entiendo es porque no querías que te la metiera.... a la vista esta que te lo has pasado a lo grande.
-Porque no quiero preñarme, te tengo que explicar eso?
- Pero si soy esteril.
- Pues dime cuando puedes volver a follarme que lo quiero dentro.
- ¿cuando? pues ya!!!
¿Lo peor?
La ignoraba, la trataba como a una niña y miraba a mujeres maduras con cuerpos mas esbeltos. Eso a ella le indignaba muchísimo, le cabreaba y al mismo hacia que su deseo fuera aun más fuerte.
El problema, es que era de constitución muy menuda, y sabia que aquel hombre podía pensar que era mucho menor. Aquel verano, estaba a punto de cumplir los 19, estaba ya en la universidad y aun le preguntaban si había terminado la ESO. Tenia muy poco pecho, cintura muy estrecha, caderas anchas, aunque tenia un culo que consideraba todo el mundo perfecto, con una forma de corazón invertido, terso y definido, y que cuando llevaba mallas ajustadas, quedaba separado y se le notaba el sexo desde detrás. Era una maldición pues algunos viejos verdes, y muchos críos, siempre le decían guarradas, sobre su culo. Todo esto era completado con una cara graciosa, mas que guapa, pero con ojos azules llamativos.
Sabía que tenia éxito... para una tipología de hombres muy concreta, con muchos chicos de su edad y sobre todo, más jóvenes que pensaban que era alcanzable. Pero aquel hombre maduro, no la miraba. Y eso, en el verano que ya había consolidado su madurez, y que ya tenia libertad plena, le volvía loca.
Ese verano estaba decidida a tirárselo, no podía ser tan dificil. Tenia que tomar las riendas y lanzarse ella. Y más desde que lo había visto sin camiseta. Ese día, la sangre hirvió y sintió que le ardía la entrepierna, un escalofrió le recorrió todo el cuerpo. Empezó a masturbarse pensando en el cuerpo de aquel hombre. Se masturbaba cada día, incluso dos y tres veces. El cuerpo estaba al limite de capacidad hormonal.... Estaba completamente obsesionada.
Cada vez iba más a saco. Buscaba maneras de encontrárselo, de hablar con él, de provocarlo, de rozarlo, de que le mirara el trasero.
Pero no hubo ningún tipo de resultado, aunque, una pequeña esperanza se abrió. Ahora le sonreía, le hablaba, e incluso lo había pillado mirándole el culo. Lo tenía, pensaba que lo tenía, ya solo quedaba el ultimo, paso. Encontrárselo en un sitio donde pudiera atacar y el no pudiera escaparse.
Pero se acercaban navidades y aún no lo había conseguido. Estaba apunto de perder la paciencia.
No sabía que hizo, pero hubo un momento que todo se torció. Llegaba a casa y se lo encontró en la puerta, cuando estaba apunto de entrar a la portería. Ella siguió su juego, le sonrió e incluso le guiño un ojo, todo lo sensual que pudo. Él se giró mirándola directamente, y fue hacia ella, su cara daba miedo, pánico. Se asustó.
-Tu que?- Le espetó en la cara, muy cerca... lia muy bien.- Que coño quieres?
- Que, que... quieroooo.... - Balbuceo intimidada. No se esperaba aquella reacción violenta.
- Sí, que es lo que buscas, eh!! explicámelo!!!
No era capaz de lidiar con aquello, salio corriendo, se metió en el ascensor con el corazón a mil, con unas lagrimas en los ojos, y al mismo tiempo con una excitación frustrada. Que había pasado? se iba a volver loca. No, no podía cagarla de aquella manera, no podía perder todas las oportunidades.
Más tranquila, empezó a abrir la puerta de su casa, pero de golpe sintió que la cogían por detrás, la empujaban contra la puerta y le sujetaban la mano.
- Te parece bonito lo que has estado haciendo? A que juegas?
La mano del hombre se deslizó entre los cachetes de su trasero, hasta que llegaron a su sexo, luego volvieron a subir para recorrer toda su cintura, hasta llegar a sus pequeños pechos.
- No tienes ni idea de lo cachondo que has llegado a ponerme, tanto que no he aguantado más. Soy un hombre casado, feliz.... y tenias que venir tu a provocarme con tu sensualidad.
Pensaba que se iba a desmayar. Sus piernas te temblaban, del miedo, de la emoción, y de la excitación de sentirle decir aquellas cosas al oído. Su tono de voz había cambiado, y ahora era aun mas sensual que de costumbre. Hizo que se girara para poder mirarla a la cara. Mantuvo sus ojos, penetrantes, sostenidos en los suyos, y su mano jugaba con su cuerpo.
- Dime, que es lo que buscas?- su mano bajo y se deslizo sobre su sexo, por encima de la ropa. - Esto?
Ella no era capaz de reaccionar. La había pillado muy de sorpresa. Pero lo tenia donde quería. Le dio un beso en la boca y el respondió.
-Dios, que bien besa- Pensó
Estaba que se iba a desmayar, no había sentido nunca nada tan exagerado. La excitación era como una bomba a punto de explotar. Sus sentimientos eran confusos, extraños. Las hormonas del miedo, el placer y la felicidad andaban todas alteradas....
El metió la mano entre sus pantalones. No era nada brusco, era muy suave y delicado, aunque a la par, sentía que no había forma de resistirse. Era pura decisión. Se tenia que dejar llevar, aunque por otra parte, el camino por donde la llevaba, le gustaba muchísimo. Sintió sus dedos gruesos introducirse poco a poco en su interior. Separó sus piernas, para dejarle acceso a su interior.
- Ostras, si que estas mojada... esperaba encontrarme un poco de resistencia.
- Resistencia? estoy super cachonda.
- Entonces porque no me dejas pasar y le pongo remedio?
Lo miró, tenia que decidir si cumplir su fantasía, o cortar ahí ahora que se daba cuenta que aquel hombre era demasiado para ella.
- Entremos, mis padres no están. - Dijo abriendo la puerta.
- Lo sé, te han dejado sola hoy, porque crees que he venido?.- Le dijo sonriendo.
Aquello no era casualidad, ella lo había seducido, pero el paso lo había dado él.
Ella lo guió hasta el comedor, y dejó las cosas encima de la mesa, y se quitó la chaqueta. Esperó que el se acercara. La cogió por la cintura, casi rodeándola completamente con sus enormes y musculosas manos. Se quedo a pocos centímetros de su cara.
- No se que buscas, pero yo vengo a darte con todo. No estoy para perder el tiempo. Estoy, muy excitado. Y tu también.
- Yo me dejo hacer, estoy que no aguanto.- Le dijo casi suplicándole que la besara de nuevo, suspirando de deseo. - Pero no tengo condones.
- Pues si no tienes condones, te va a doler mucho la boca y el culo.- Dijo justo antes de besarla.
- Mañana dormiré más. Nada que no se solucione con un sueño.- Lo tenia donde quería y si eso suponía follar solo por el culo, lo haría.
Se tiraron sobre el sofá y el la cubrió de besos. El éxtasis era tan grande que perdió la noción del tiempo, o de lo que hacia. Respiraba con dificultad, y notaba que su coño palpitaba. Le iba a costar mucho controlarse y evitar no gritarle que le penetrara. Tan grande era aquella situación de descontrol, que no fue consciente de lo que había hecho hasta que llego a un orgasmo enorme y volvió ligeramente en sí.
Se encontraba sentada en el sofá, completamente desnuda, con las piernas separadas y su sexo abierto delante de la cara de él, que estaba arrodillado en el suelo terminando un excelente trabajo oral. Nunca antes se lo habían comido de aquella manera, ni había tenido un orgasmo. El hombre había jugado como había querido con sus dedos dentro y su lengua había recorrido todos los rincones de su coño y su clítoris. Él se apartó para mirar la cara encendida de ella.
- No necesitas decirme que te ha gustado. - Le dijo con la cara brillante de los fluidos. - Hacia tiempo que no veia a una chica correrse de esta manera.
- Es, es la primera vez que me pasa algo así.... ufff, increíble. - Le costaba recuperar el habla, y todo su cuerpo vibraba...
El orgasmo había sido increíble, pero ni de lejos había tenido suficiente, al contrario, ahora necesitaba más que antes metersela.Pero tenia que controlarse, no era le momento. Tenia que fastidiarse y no follar con él. Pero quería demostrar que ella también era buena.
- Déjame que te la coma ahora, quiero que también lo disfrutes.
El se dejó, facilitando que ella le quitara los pantalones, sonriendo como si supiera que se iba a llevar una enorme sorpresa.
- Ostras!!!
Fue lo único que dijo. No quería que se le notara la inexperiencia. Nunca había tenido una polla entre manos como aquella. No sabía si es que realmente era enorme, no lo creía, era la forma, la piel, la suavidad. Le apetecía realmente comerla, o mejor, notar toda aquella rugosidad y forma dentro de ella. Empezó a chupar como sabía, sin sentir que él estuviera muy impresionado. Eso le fastidiaba, solo notaba que él sonreía, le acariciaba la cabeza con aquellas manos tan enormes, la miraba a los ojos y se relajaba.
- Quiero que te corras, quiere verte correrte.
- Lo veo dificil.- Le dijo mientras le acompañaba a que volviera a metersela en la boca.
Ella se volvió a apartar después de chuparsela dos veces.
- Necesito que te corras, quiero ver que lo disfrutas. Por favor.... lo necesito.
Le suplicaba que se corriera, porque si no se corría, no iba a poder con tanta excitación y acabaría con la polla en las entrañas, partiendola en dos y ella gritando como nunca.... la imagen se le formó en la mente y para calmarla volvió a meterse la polla en la boca y comenzó a masturbarse a ella misma para calmar sus ansias.
- Sabes? es que hay algo perverso pensar en correrse en una cara tan bonita.
- Eso se soluciona de dos formas, no mires, y correte dentro de mi boca. Piensa que estas follando.
El se dejó comer, mientras poco a poco se tumbaba en el sofá.
- Si quieres que parezca que un polvo... dejame hacer.
La levanto en vilo, la puso en cima suyo y le dio la vuelta. Quería un 69. Ella no sabia si su coño iba a poder soportar otra vez aquella lengua dentro de su coño y no follar. No era algo soportable.
- Joder, nooo!!! como comes.
No pudo continuar chupando, se incorporó hundiendo su coño y su trasero en la cara del hombre. No podía, aquellos orgasmos eran demasiado. Cuando el orgasmo bajó volvió a tumbarse para poder continuar chupando. Ahora si, ahora aquello podía disfrutarlo sin ese orgasmo salvaje que le producía el hombre.
El siguiente gran orgasmo, no supo si fue gracias a la lengua, o al sentir el semen en su boca. En todo caso fue perfecto. Los dos orgasmos se complementaban uno con el otro, como si estuvieran follando y el la llenara por dentro. No había probado aquello antes.
- Joder, que bueno.- Dijo ella mirándose las manos y la polla de él.
El sexo era así. Animal, húmedo, marrano. Sus cuerpos estaban pringosos. Ella tenia semen por todas partes. El tenia la cara húmeda del orgasmo orgasmo femenino. Realmente le parecía excitante toda aquella humedad, nunca lo había vivido de aquella manera ni se había dejado llevar tanto. Se tumbo a su lado, reposando su cara húmeda de semen contra su pecho. Lo rodeo con las piernas, como una culebra, frotando ligeramente su sexo contra su cuerpo.
El se separó y se levanto.
- No iras a irte ahora, verdad?
- Piensas que con esto así me voy a ir?
Su polla aun estaba muy dura, y brillaba por el sexo oral que habían tenido.
- Te dije que si no follábamos te iba a doler mucho la boca y el culo. - Le acerco la polla a la cara.
- Lo dices en serio?
- Claro. No puedes jugar con fuego sin quemarte. Tengo que metertela, por el culo o por el coño. Elije.
Realmente le apetencia probar el culo. No sabia porque.
- Quiero probarlo por el culo.
- Vale, pero termina lo que has empezado, aun hay semen por recoger en la punta.
Le excito un montón que pasara de la absoluta indiferenciada por su comida a que le pidiera ahora que le eliminara los restos de semen.
- Venga date la vuelta.
La puso a 4 patas con el culo elevado, y comenzó a penetrarla por el culo. Lo que sentía era una enorme presión, no exactamente dolor. Era muy único, excitante.... Era toda una provocación.
- Dios, la quiero en el coño, no me aguanto.
- Tu lo has pedido.
La sacó y la metió poco a poco, pero se deslizo, resbalando hasta el fondo. Ella se corrió al instante del puro morbo de sentirla. Le dio la vuelta y se puso encima, abriéndole los muslos con aquellas manos que eran mas grandes que sus piernas.Perdió la cuenta de los micro orgasmos que tubo. Hasta que llegó a uno que realmente le asustó. Se había dejado llevar demasiado, pero ahora con el final del orgasmo notaba algo caliente, y húmedo en el interior. Algo que le resbalaba por las piernas cada vez que el la sacaba.
- Te has corrido? dime que no te has corrido.
Recuperó la compostura solo del puro pánico que sentía. El se incorporo sacando la polla poco a poco. Más fluido salió de su interior.
- Que pasa? nunca te has corrido?
Se puso encima de ella, poniéndole la polla cerca de la cara. Con un dedo señalo el cerco que formaba una masa blanca y viscosa al final de la polla, pegado a su cuerpo.
- Esto de aquí es tu orgasmo.
Empezó a jugar con su polla, como si se masturbara. Jugando con los fluidos de su coño. Ella miraba absorta, completamente satisfecha.
- Eso era tu orgasmo, y este el mioooooo
Se corrió sobre su cara, por sorpresa, llenándola entera. Ella se incorporó y chupó la punta mientras aun eyaculaba.
Ahora si que estaba completamente satisfecha. Esa ultima corrida, mostraba la debilidad que buscaba, había conseguido que se corriera dos veces con ella. Con ella!!!
- Como sienta ser la culpable de una separación?
- Separación? pues muy bien la verdad.- Dijo riendo a carcajadas. - Pero eso es cosa vuestra. no se lo cuentes.
- No se lo contaré, pero al final me pillará... porque que tengas claro que quiero repetir.
- Por mi vale.- dijo riendo otra vez.
- Lo que no entiendo es porque no querías que te la metiera.... a la vista esta que te lo has pasado a lo grande.
-Porque no quiero preñarme, te tengo que explicar eso?
- Pero si soy esteril.
- Pues dime cuando puedes volver a follarme que lo quiero dentro.
- ¿cuando? pues ya!!!

uffffff que rico relato. me ptegu.tare de quien lo havtas tomadl
ResponderEliminaro una idea asi