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La corredora



No solía usar aquellos caminos, pero aveces le tocaba llevar algún pedido a alguna de las casas aisladas que poblaban la montaña. El pueblo no quedaba lejos, pero era extraño ver a alguien por allí.
Cuando se veía a alguien normalmente era un vecino, o un loco por el deporte que salia a correr por la montaña. Por eso le sorprendió tanto verla ampliada ella. No encajaba en ningún grupo.

Iba andando por un lado del camino de piedra y tierra. De lejos ya vio que se trataba de una chica gruesa, grande, equipada de ropa de deporte. Mallas, camiseta deportiva y zapatillas.
Aunque se la veía entrada en carnes, mientras se acercaba comprendió que debería hacer algo de deporte de forma habitual, pues parecía en forma.
La chica se giro un momento, se apartó un poco y continuo caminando. Cuando el coche llego a su altura saludo cómo todos hacian por allí.

- Quieres que te lleve algún sitio?

Se habia detenido a su altura y bajado la ventanilla, ella se mostró simpática y se asomó a ver quien era.

- No gracias, estoy dando una vuelta.

- Una vuelta? Por aquí? Anda sube, no seas loca. Voy en esa misma dirección.

- No gracias sí quiero hacer un poco ejercicio.- se apartó y continuo andando.

El la miró, se había excitado con la idea de recoger a una desconocida y tener sexo en medio de la montaña. La observo intentando correr un poco.

La adelantó, detuvo el coche delante de ella y le abrió la puerta del acompañante.

- Anda sube no seas loca.

- No en serio que quiero correr.

- No seas tonta. Ve por otro sitio, hace un calor infernal.

La chica empezó a mostrarse simpática y casi agradecida.

- Bueno, vale. - Entro en el coche.

- Donde vives, a donde te llevo.

- Soy del pueblo. Tendrías que dar la vuelta.

El paró el coche de golpe. Eso significaba seguir por aquel camino durante un par de quilometros y dar la vuelta por un camino diferente. Andando eran muchos quilometros. Le era mejor caminar en dirección contraria, aunque era de subida y tampoco era mucho menos.

- Y si eras del pueblo ¿por que ibas en esa dirección?

- Ya te lo he dicho, quería hacer deporte, me emocione y me perdí por estos caminos. No quería volver a subir toda esa cuesta.

- Siempre lo he dicho hay que correr menos y correrse más.

Ella tardó un poco en reaccionar, pero después se puso a reír.

Había un buen trozo y había que ir lentamente. Aun en el coche era un trayecto largo.

- Entonces, ¿has venido hasta aquí para hacer ejercicio?

Ella confirmo señalando su ropa de deporte.

- Yo me conozco mejores deportes.

Se hizo la loca, era una nueva indirecta. Era un tío creído, pero tenia que reconocer que estaba muy bueno y era guapo. Si continuaba a si, le iba a costar resistirse. Para su suerte, el no lo dejo. Paró en coche en la única zona donde parecía que se podía dar la vuelta. Un lugar arbolado, retirado del camino principal.

- Vas a dar la vuelta?

- No puedo, seria ir contra dirección.

- ¿Entonces?

- Me preguntaba, que ya que yo tengo tiempo, y tu has tenido que dejar de hacer ejercicio, Pues que si te apetece que hagamos ejercicio juntos.

Claro que le apetecía hacer ejercicio con él, pero no se lo iba a poner fácil.

- Ya se que clase de ejercicio quieres. Eres el típico que dice hacer mucho pero luego naa! ¿cuanto aguantas? ¿Dos minutos?

- Se nota que no me conoces. Podemos estar hasta la noche si quieres.

- ¿Esperando a que se te empalme?

- Follando sin que me corra. - Dijo él acercándose un poco.

- Ya, estoy segura que eres el típico que se corre en cuanto siente la polla dentro de la boca.

- Si quieres probar. Te apuesto a que no eres capaz a conseguir que me corra comiéndomela.

- ¿Y para que voy a querer apostar contra esa tontería? Estoy segura que te corres y se acabo la fiesta.

- ¿Cuantas veces quieres que me corra?

- Ninguna.

Se daba cuenta que quizás él pudiera darse por vencido. Pero hizo algo que no se esperaba.

- Toma, aquí tienes mis llaves del coche. Si quieres puedes probar a conseguir que me corra con tu boca, o comprobar que soy capaz de echarte más de un polvo, y más de dos. Si no cumplo, te puedes quedar con el coche.

Ella se quedo observando las llaves. No era un mal coche, y ella tenia carnet y no tenia coche, podía ser divertido fastidiarlo un poco.

- El coche no es tuyo, ¿verdad?

- En la guantera tienes los papeles.- Se le acerco un poco más

Ella cogió las llaves y dejo que la besara. No había pasado un minuto y el ya se estaba desabrochando el pantalón, ella lo ayudo a sacar el miembro.
Era un miembro grande, de muy buen tamaño, aun estaba blando, pero ya sobre salia de su mano. Se agacho y comenzó a comer. En poco tiempo tenia una polla que casi no le cabía en la boca. Estaba como loca, podía ver claramente que el chico tenia unas abdominales de escándalo, y la polla era lo mas grande que había tenido entre las manos nunca.
Aunque quería comprobar si era verdad que no se correría comiéndosela, pensó que seria más divertido follarse aquella enorme polla, eso si le cabía.

Se quito los pantalones y las bragas, dejándose solo la parte superior. Se sentó sobre él como pudo, estando aun en el asiento del conductor. Sintió como el enorme miembro se abría camino en su interior.
Era mal lugar para follar. Ninguno de los dos podía moverse, pero igualmente ella tubo un fuerte orgasmo con solo unas pocas envestidas.

- Follamé tu, follamé fuerte.- Le dijo mientras le mordía los labios y se esfumaba el orgasmo.

Se trasladaron a la parte posterior. Ella se sentó en el asiento y expuso su coño abriéndolo para poder recibir todo aquel tronco. Él se acomodo como pudo entre las piernas de ella, metiendo poco a poco su polla primero lentamente y luego con todas sus fuerzas.

La corredora ahora estaba haciendo ejercicio de verdad, o al menos lo hacia su voz. Dentro de aquel coche, entre aquellos arboles, pudo gritar como nunca había gritado.

- Cabrón, me vas a reventar, que grande la tienes.- Para luego continuar- Sigue, sigue que me corro otra vez.

Sentía que estaba teniendo una clase de orgasmos que nunca había tenido. Sentía como si se estuviera orinando y notaba un liquido caliente corriendo por sus muslos. El chico no parecía inmutarse, así que solo podía tratarse de los orgasmos de ella.

- Joder tía, como te corres, me estas manchando el asiento.

Y era verdad, un charco de humedad se estaba formando bajo el culo de ella. La hizo cambiar de posición y le dio caña poniéndola a cuatro patas sobre el asiento.

- Si, follamé en todas las posturas. No te pares.

Había perdido por completo la noción del tiempo, los orgasmos se superponían unos a otros. Le fastidiaba cada vez que paraba, pues paraba el orgasmo constante que estaba creándole. Podía sentir como corría por sus piernas el flujo de sus orgasmos. No dejo de gritar en ningún momento en casi la hora que estuvieron follando sin parar.

- Me voy a correr, no aguanto más. - Dijo por fin él.

- No, dentro no te corras. - Y se separo rápidamente para evitar que se corriera.

Se agacho hasta su cintura, y comenzó a comérsela. Al momento sintió como su boca se llenaba de aquel liquido pastoso y caliente. Por primera vez, aquello le sabia a autentica delicia. Allí había más semen de lo que podía contener. Trago una parte, otra la escupió, el resto dejo que corriera por su cara y su cuerpo, pero no paro de comer hasta estar segura de que no saldría más.

- Entiendo que el coche es mio.

- ¿Comó?

- Te has corrido en mi boca.

- Eh! eso no es lo que habíamos hablado, te echado un polvazo y sino me hubieras echo salir, no me habría corrido en tu boca.

- Pero te has corrido en mi boca y me habías asegurado que no te correrías dentro de mi boca si te la comía.

Estaba jugando, se lo había pasado genial, no podía reprocharle nada aquel chico. Había sido el polvo de su vida. Por su cuerpo, todabía resbalaba un semen que parecía no m*****arle.

- Puedo intentar recuperarlas si me dejas. Me la comes y veras como no me corro. Lo de antes no vale que ha sido follando.

- Claro que no te vas a correr, ya lo has echo.

Quería jugar un poco, hacerse otra vez la dura, pero la que estaba dura era la polla que la tenia entre las manos y estaba lista para penetrarla.

Esta vez fue más tranquilo, un polvo lento donde ella tubo un orgasmo largo y sostenido. Luego se sentó sobre él dándole la espalda.

- Yo también quiero hacer ejercicio.

Estaba ya muy cansada, y los orgasmos eran mas suaves, largos y espaciados en tiempo. Pero no estaba dispuesta a parar, no iba a ser ella quien se rindiera. Mientras aquel chico tuviera semen, ella follaría.

- Vuelve a darme caña, follarme lo mas bestia que puedas. - Quería que se corriera ya, y se sentó de nuevo para dejarle libertad de movimiento.

A los pocos minutos estaba destrozándole el coño de nuevo y ella volvía a tener orgasmos similares a los que había tenido la primera vez. Creía que iba a tener un infarto.

- Me corro- Dijo de nuevo él.

- Correte en mi cara, en mi cara por favor

Ella no podía moverse, estaba destrozada, así que confió en que el cumpliera. Él se coloco sobre su cara y comenzó a descargar su semen sobre la sonrisa satisfecha de la chica. Pero tras el primer chorro de semen, ella abrió la boca y de nuevo volvió a comérsela tragándose esta vez todo el semen.
Ella comenzó a reírse como loca cuando terminaron. Lo había vuelto a engañar.

- Otra vez te has corrido en mi boca.

Estaba empapada en semen. Semen que ya estaba seco, se unía al fresco. El coche olía a semen sudor y coño. Todo estaba mojado, y ella no podía parar de reír ante aquella situación.

- Esta vez no me engañas. Me he corrido en tu cara, que es lo que me has pedido. Me he corrido en tu boca luego.

Ella no lo escuchaba, ya no quería saber nada de ese juego. Se había acercado a él y se estaba metiendo la polla en la boca.

- Y si te pido que te corras en mi boca ahora, ¿Podrías?

Claro que podría, la polla volvía a estar dura en su boca.

- Si, pero prefiero follarte de nuevo.

- Me encantaría, pero no puedo más.- Ya llevaban casi dos horas allí follando.

- Dejame hacer.

La tumbo boca abajo en el asiento, y de una forma que no sabia como, se la estaba metiendo por el coño.
Aquel polvo duro poco, sintió un único orgasmo que luego descubrió que fue provocado al sentirse inundada de semen.

- Te has corrido en mi coño.

- Si, estaba deseándolo poder hacerlo. ¿Otro?

Era increíble, aun quería otro. Ella no podía más.

- Haz lo que quieras, mas follada no puedes dejarme.

Pero estaba equivocada. El chico aun continuaba con la polla en su coño, no la había sacado después de correrse dentro, pero la sacaba ahora para entrarla en un lugar prohibido.

- Por el culo no cabrón.

Pero no tenia muchas ganas de protestar, en realidad quería probar todo lo que pudiera ofrecerle aquel tío.

Le metió la polla húmeda y blanda por el culo. Fue el polvo más suave de todos, y ella tubo dos orgasmos nuevos y diferentes a todos los que había tenido. Él se corrió dentro de su culo.

- Creo que puedes devolverme las llaves. Aun puedo echarte otro polvo y tu no puedes más.

Le devolvió las llaves, agradecida por haberla llenado tanto como lo había echo. Pero le prometió que si se volvían a cruzar, lo exprimiría hasta la ultima gota.

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