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Sora I


Su madre había insistido que tenia que ir, tanto si quería como si no. No tenia opción puesto que sus dos padres trabajaban lejos. Su padre como militar en zonas en conflictos, llevaba fuera ya un año, y su madre, como cirujana de urgencias, iba a salir durante un tiempo a ayudar en el mismo país.
Una amiga de su madre tenia algún tipo problema legal, y necesitaba alumnos rápidamente. Su madre necesitaba algún centro que admitiera jóvenes que aun no estaban en la universidad. Era simplemente perfecto para ambas.

Así a Kai no le quedaba otra opción que aceptar la proposición de su madre.

Llego en Autobus a primera hora de la mañana, uno viejo y oxidado, pequeño y con asientos de tela a cuadros, al menos tenia 50 años. El viaje no fue malo, a pesar de las innumerables curvas y los bandazos de aquel trasto. No le quedaba otra, era el único que llegaba hasta aquella zona de la montaña en día festivo. El paisaje era precioso, todo lleno de arboles, grandes y verdes, el ambiente era húmedo, y no tardaría en nevar en aquella zona.
Según le habían informado, era bastante habitual que aquel centro (o era instituto) quedara completamente aislado en invierno. Solo un helicóptero podía acercarse allí con el tiempo muy malo, y solo era para emergencias.

Al bajar del autobús, se fijó en la majestuosidad del edificio. Era de estilo colonial, grande, bonito con enredaderas subiendo por los lados. Estaba bien cuidado, allí había dinero. El patio principal delantero estaba tranquilo, nadie estaba fuera como era de esperar en una institución como aquella y la puerta principal, de barras de acero forjado.

Paso con precaución, no sin poder evitar que la reja hiciera un espantoso ruido, de castillo encantado, al pasar. Camino por el lago patio, observando los setos que había a cada lado. Todo era muy bonito. Saco la carta de invitación y los papeles de registro que tenia en la mochila. Se plantó frente a la puerta principal, una de madera maciza de casi 4 metros de alto con grandes goznes de hierro acabados en…

¿que era aquello? Parecian.. ¿pechos? Eran algo indefinidos, pero estaba seguro que eran tetas. Cogió uno con algo de lujuria, e intento alcanzar el otro con la otra mano para hacer la broma.

- Disculpe la espera.-

El susto fue tremendo. Se acababa de abrir la puerta, quedándose él, en una postura extraña y bastante vergonzosa. En frente una señora, de unos 40 años, alta esbelta y de pelo corto rizado. Vestía de forma austera, y vieja. Lo que hacia que pareciera tener 50 años más.

- Disculpe la espera.- repitió.- No lo hemos oído llegar.- Lo invitó a entrar. - Soy la directora de este centro. Venga conmigo.

Era austera incluso con las palabras. La siguió por el hall principal hasta una pequeña puerta que daba a una habitación. Antes de entrar la directora volvió a dirigirse a él.

- Le dejo con la jefa de estudios, ella se encargará del papeleo. Espero que tengas una agradable estancia mientras estés aquí.

El la despidió aun con un montón de dudas en la cabeza. Aquel sitio era muy raro. Tomó la puerta con la mano, apunto de abrirla, cuando recordó algo.

- Directora! Mi madre me envía saludos para usted y me recuerda que he de darle las gracias.

- Al contrario, gracias a ella por permitirte venir en estos momentos tan complicados.

Se quedo pensando en eso mientras entraba en aquella habitación. Momento en el que se le fue de la cabeza.

Dentro parecía abrirse un mundo nuevo, con un estilo completamente diferente al exterior. Aquella habitación era moderna, luminosa, blanca, con mesas casi futuristas relucientes y, llenas de libros y papeles. Pero también vio ordenadores modernos con grandes pantallas planas. Aquello tendría que ser la oficina del instituto. Del fondo surgió una voz.

- Por la otra puerta. -

Y vio como una figura femenina le indicaba que continuara recto, ella a su vez pasó por otra puerta.
Se encontraron en una sala igual, mas pequeña y despejada, con una sola mensa redonda en medio. La figura femenina se acercó y casi le dio un infarto. Era una chica joven, pero mayor que el, guapísima, de ojos azul luminoso que quedaban tras unas gafas, pelo rubio muy rizado y cuerpo espectacular. Lo peor la ropa. Blusa ajustada que apenas podían sujetar dos enormes pechos, cintura estrecha y cadera ancha. ¿ancha? Pensó había mucha diferencia con su cintura, pero su trasero podía abarcarlo entero con las dos manos.

- Me llamo Miyuki.- dijo tirándose encima y dándole dos besos. - Soy la jefa de estudios y me encargo de los estudiantes.

Lo invito a sentarse. Cuando se dio la vuelta, reparó en que llevaba unas mallas ajustadas, muy ajustadas, que se metían entre la raja del culo. Sintió como se le ponía dura. No pudo evitar quedarse mirando el momento de sentarse de ella, a ver si también se le marcaba la raja de delante. Si! Se le marcaba. En aquel instituto los chicos tenían que pasarlo fatal cuando eran castigados con ella.

- Te gusta mi ropa? No sabia si era lo más apropiado o si te gustaría. Me cuesta saber como pensáis.

Kai se quedo con cara a cuadros. No entendía nada.

- Te llamas Kai ¿verdad? Voy a explicarte como funciona esto, y que podrás encontrarte aquí, las normas y todo lo demás.

El chico asintia cambiando su punto de vista de los ojos a las tetas continuamente. No sabia que era mas maravilloso en ella.

- Te explico un poco el centro.- Ella lo miraba divertida por la cara que ponía. - Y el problema que tenemos. Creo que no lo sabes.- Kai negaba con cara tonto.- Tenemos un problema legal por el numero de estudiantes. El gobierno subvenciona parcialmente este centro, y solicita un numero de plazas mínimas. Y en eso tenemos el problema. No todo el mundo quiere ingresar en un centro en el que se permanece interno casi de por vida si se desea, o hasta los 25 años al acabar los estudios.

Dejo que la explicación entrara en la cabeza del chico. No quera que la sorpresa fuera muy grande.

- Como habrás oído, en invierno esto esta imposible y tenemos mucha prisa por que entren alumnos nuevos. Eres el único chico nuevo, no ha entrado nadie más en estas fechas. Pero servirá. Una vez que tenga tus papeles, podre enviarlos a tiempo para que nos concedan la subvenciona un año más y puedan entrar más chicos cuando pase el invierno.

Parecía no entender lo que pasaba, pero pronto entendería.

- Necesito hacerte un cuestionario, es obligatorio y un poco comprometido. - Kai estaba mirándole las tetas.- Kai entiendes lo que te estoy diciendo?

El chico por fin le miró a los ojos, y también se quedo embobado mirándola. Le encantaba aquel chico, le encantaba que sintiera aquella atracción por ella.

- Kai, ¿entiendes lo que te digo?.- ahora que lo tenia mirando fijamente igual lo entendía. - Entiendes que eres el único chico del instituto?

-¿como?.- ahora por fin reaccionaba.- ¿Que no hay ningún chico más?

-No, solo estas tu.

Parecía ponerse nervioso, aque no todos podían entenderlo igual. Ella tomó una decisión que podía ser curiosa en otra circunstancia, pero se había informado mucho. Todos los chicos pensaban igual. Se sentó sobre él abrazándolo, acariciándolo. Notó la polla dura bajo su trasero como si quisiera insertarse en él.

- No tiene por que ser malo. Piensa en el sexo que puedes tener. Yo estoy deseando probar el semen de un joven como tu.

A Kai se le corto la respiración. Todo aquello era muy raro. Pero Miyuki le acariciaba la polla y solo podía pensar en eso.

Le hizo incorporarse , le desabrocho el pantalón, y de un solo movimiento se metió la polla en la boca hasta el final. Kai se dejó hacer y se apoyo en la mesa. Miyuki se la comía de forma ansiosa y rapida, como si aquello fuera un manjar. No dejaba de mirarle con aquellos ojos azules.

No, aquello no tenia que ser malo. Estaba viendo los beneficios de estar solo. Solo con aquella chica tan espectacular y adicta al sexo.

Se corrió sin poder evitarlo al momento. Había perdido el control completamente. Todo era demasiado excitante. Miyuki no dejo de chupar ni un momento.

- Pues no esta tan mal.- Dijo mientras lamia algunas gotas.- Pensaba que sabría peor.

Se levantó mientras se limpiaba las gotas de semen que tenia esparcidas por la cara y el cuello, y fue hasta su lado de la mesa.

- No sabia que podía salir tanto, que barbaridad. Pero has aguantado muy poco, espero que practiques un poco ese aspecto. No todas las chicas se lo van a tomar igual de bien si te corres así de rapido.

-¿como?.- Kai tenia poca sangre en el celebro y no entendía.

- Que cuando tengas sexo con las otras chicas, has de aguantar más.

- Sexo con las otras chicas?.- Kai estaba alucinando.

- Claro, no pensaras que no vas a follar en un instituto lleno de chicas que llevan años sin ver a un chico. Ya te lo he dicho, eres el único chico!

Continuará….

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