Desde el principio aquella relación parecía basada en el sexo. Y sí, eso era, todo sexo, en una magnitud inimaginable.
Aquella pareja de edades dispares donde él ya era un hombre maduro, viudo e hijo universitario, y ella una joven madre con hija adolescente. Tenia desde el inicio todos los ingredientes para convertirse en una historia de telenovela.
Los jóvenes sabían, o intuían con acierto, que aquella relación se basaba en sexo loco en cada momento que podan. El chico los ignoraba, centrado en sus propias relaciones y conquistas, pero la joven chica... Aquella joven tenia una fuente inagotable de educación sexual en el sexo que practicaba su joven madre con su nuevo novio.
Había encontrado una forma eficaz de espiarlos. Al principio solo los escuchaba poniendo la oreja en la pared de su habitación. Y era una forma perfecta de subirse el libido y masturbarse.
Luego descubrió que desde el comedor, por donde pasaba el tubo del aire acondicionado, un pequeño hueco dejaba entrever lo que sucedía en la habitación. Así vio por primera vez el pollón de aquel hombre. Estaba allí de pie, al borde de la cama completamente desnudo, marcando abdominales. Se puso a mil al instante. Lo que daría por estar con un hombre como aquel. No podía ver bien a su madre, pero en un momento se movieron, y lo único que podía ver era un costado del hombre y la cabeza de su madre moviéndose... ¡Se la estaba comiendo!
Aquello le puso tremendamente cachonda, estaba fuera de sí. No podía soportar aquella situación. También quería un hombre con el que compartir sus fantasías. Si no fuera tan tímida.... si no fuera porque se consideraba muy poco atractiva.
Deslizo una mano entre sus bragitas y comenzó a frotarse, en aquella posición extraña, subida a la mesita, de puntilla y mirando por aquel minúsculo agujero. No tan claramente como cuando pegaba la oreja a la pared, podía escuchar lo que se decían.
- No te la metas tan adentro, que hoy estoy especialmente cargado.
- De momento nunca me has sorprendido ...- Se escucho el sonido humedo de una chupada fuerte- siempre me lo trago sin problemas.
Unas risitas, unos jadeos de placer por parte de él. Perdida de la noción del tiempo. La llegada de su propio orgasmo.
Controlo sus propios gemidos mordiéndose los labios, y notó que se había mojado una barbaridad. Tenia la entrepierna completamente húmeda. Tendría que haberse ido corriendo de allí, pero no podía dejar de mirar.
Ahora se habían movido un poco y podía ver mejor la cabeza de su madre. Se acercaba y se apartaba del cuerpo del hombre, con increíble velocidad. Y de pronto, en un parpadeo, algo pasó. No pudo ver que sucedía, se había perdido la escena del momento clave. Soló vio como su madre se apartaba soltando una exclamación, para luego volver a realizar aquel mismo movimiento a un ritmo más pausado.Vio como su madre miraba al hombre sentada en la cama, manoseando aquella cosa que no podía ver, se tocaba la cara constantemente. Odio mucho no poder ver mejor que había pasado, que estaba pasando. Pego la oreja a la pared. El sonido amortiguado de la conversación le llegaba ahora más claramente.
- ¿Pero que has hecho hoy?
- No se porque, pero hay dias que estoy el doble de cargado.
- Me has puesto perdida, mira! no he sido capaz de tragármelo, que barbaridad.
- Ya te he advertido!
- Ni loca esperaba esto. A ver si la próxima, lo haces igual de bien dentro de mi coño, que sabes que me pone a mil.
- Esto no se puede controlar, llega cuando llega.
- Ya!! seguro que te masturbas y por eso no me lo das a mi.... Voy a limpiarme.
De pronto se dio cuenta de que estaba en un apuro. Tenía que salir de allí antes de que la cazaran. Entró corriendo en su habitación, cerrando la puerta con mucho cuidado. Se metió bajo las sabanas. Se llevó las manos al pecho. Parecía que el corazón se le iba a salir.
Se palpó los pantalones y notó la humedad de su sexo. Decidió quitárselos, y de paso, también las bragas. En su cabeza daban vueltas las imágenes vistas y también otra inventadas. Las palabras de su madre le venían a la mente una i otra vez. Nunca había pensado que la corrida del hombre fuese algo que pudiera provocar placer. Tocándose fantaseo con fluidos. Por primera vez se imaginó siendo rellenada. ¿como sería sentir eso? no dejaba de preguntárselo. Buscó a oscuras en su mesita de noche, algun objeto con el que masturbarse. Encontró un tubito estrecho y alargado, metálico, él desodorante de bolso quizás. La siguiente media hora se la pasó jugando con aquel tubo. Y no fue suficiente. Nunca sería suficiente. Necesitaba ver más, necesitaba una polla de verdad.
No consiguió nada mejor a lo de aquel día en muchos meses. El agujero no siempre daba buena vista, o ninguna, o partes no excitantes. Pero si que descubrió que si durante un fin de semana hacia ver que salia por la tarde-noche, si volvía a escondidas, podía encontrárselos follando como locos en la habitación. De momento no los había podido ver nunca, salvo pequeñas fracciones donde parecía que su madre cabalgaba sobre él. Pero se conformaba con el sonido. Los gritos eran increíbles cuando pensaban que no había nadie en casa. No era suficiente.
Al final la suerte se puso de su parte, y un día volviendo se sorprendió al ver la puerta del cuarto entre abierta. Su corazón estuvo a punto de estallar de la excitación. No quiso acercarse mucho, sabia que podían verla, pero a cierta distancia, con toda la casa a oscuras, tenia todo a su favor para no perderse detalle.
Su madre estaba tumbada boca arriba, completamente desnuda, y él hombre tenia metida la cabeza entre sus muslos. Sintió que aquel sexo oral se lo hacían a ella misma cuando empezó a acariciarse.
No quería perderse detalle, pero cuando se colocaron en posición de 69 y vio claramente como su madre chupaba aquella enorme polla, perdió toda la cordura y apoyándose en la pared se centro en ella misma y su autosatisfacción.
Por un momento, aquella fue la peor idea de su vida, y apunto estuvo de probarle un ataque. Puede que estar centrada en su orgasmo, evitó que la pillaran, o también que aquella mano le tapara la boca con tanta profesionalidad.
Su nuevo hermano, maldijo mil veces no haberse acordado de su nuevo hermano. No gritó porque la mano de su hermano le tapó la boca con increíble habilidad. Tampoco salto ni se movió, porque con igual habilidad había sujetado. Le había comenzado a hablar al oído, no era capaz de entenderlo. Le había pillado literalmente con las bragas bajadas.
- Con lo cachando que me pones y te encuentro así. - Consiguió entenderle por fin.- Ahora no te me vas a escapar.
No se había dado cuenta que ya no tenia boca tapada, y que estaba "libre". La tenia abrazada desde atrás, y acariciaba sus pechos y le acompañaba en la masturbación metiendo su otra mano entre sus húmedos labios.
- Ahora eres toda mía, no te muevas ni digas nada o nos pillan. - Le susurró de nuevo en el oído.
Completamente excitada, se apoyó contra la pared, extendiendo el brazo para mantener la posición y no acercarse demasiado a la puerta, pues ahora ya le estaba metiendo los dedos desde atrás y necesitaba alguna forma de bloquear sus propios gemidos. Se puso instintivamente en posición ofreciendo su trasero, agachándose y dejándose hacer. Se mordió fuertemente el brazo cuando sintió que algo caliente y gordo jugaba con la entrada de su coño. La excitación era tremenda.
- Me vuelve loco tu trasero. - Le dijo de nuevo al oído. - Esto me pone muchísimo.
La polla resbaló dentro del coño, con cierta dificultad, pero entrando decidida hasta el final. La chica no aguantó y le llegó el orgasmo al instante, mojando su coño y facilitando la entrada aun más.
Al otro lado de la puerta los padres continuaban también con su polvo, orgasmo tras orgasmo. Lo jóvenes estaban descontrolándose, con una excitación desmedida por el miedo de que les pillaran, ya no solo follando, si no espiándoles.
El momento de máxima excitación y el mayor orgasmo de ella, llego cuando pensaban que los habían descubierto.
- Me voy a correr ya, comemela. - Ordenó el padre mientras ella se agachaba obediente a realizar la felación
- Espera no has escuchado algo?
El chico se paró al instante con la polla metida hasta el fondo. La chica intentó retener su intento de salirse, pues estaba teniendo un orgasmo incontrolado por la adrenalina de pensar que los habían pillado.
- Para. - Suplico el chico acercándose de nuevo al oído. - Me voy a correr, no aguanto.
Del otro lado de la puerta parecía estar sucediendo lo mismo.
- Escuchas a mis huevos apunto de estallar. - Dijo el padre, que la guió con la mano para que se metiera la polla en la boca.
Los dos chicos contemplaron por un instante aquella escena pornográfica, donde aquella mujer, parecía una autentica experta tragando semen.
La joven miró al chico que le acababa de follar, por primera vez a la cara, no lo había podido mirar desde que la asaltó. Miró su polla hinchada, húmeda y a punto de correrse. Sin dudarlo se agachó y se la metió en la boca. Sin saber que hacer, imitó los movimientos que acababa de ver, y al instante sintió un torrente cálido entrar en su boca. Instintivamente ese aparto y un chorro le saltó a la cara, volvió a metersela en la boca. No sabia como lidiar con aquel torrente de semen. No estaba preparada.
En cuanto paró, se levanto de un salto, conteniendo la risa, lo tomó por la mano y salieron corriendo hasta su habitación. Se limpió con el brazo el semén de la cara y con las manos el de los ojos.
- A ver.... esto hay que acabarlo.
- Yo ya lo he acabado.- Dijo el chico sorprendido.
- Pues ya puedes empezar de nuevo, porque yo no me quedo con las ganas de echar otro.
Se agacho, y volvió a chuparle la polla.

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